7 nov 2012

MIOPIA POLITICA O EL SINDROME DEL FAST THINK

Rafael Pineda. De tanto decirles lo mismo a varios de mis amigos, ya parezco disco rayado. Aún no es tiempo de enjuiciar la obra de gobierno de Leonel Fernández y su figura política. Aún es demasiado pronto para pasarle el cedazo del análisis mesurado. Aún están muy vivas las pasiones a favor y en contra generadas por una dilatada obra de gobierno de ocho años, con el consecuente desgaste que en términos de popularidad ello conlleva. Máxime cuando el Presidente Fernández agotaba ya su tercer período.


De la misma forma en que al mirar un objeto muy de cerca, sus dimensiones se nos distorsionan y perdemos las perspectivas respecto al dicho objeto, de esa misma manera analizar los procesos políticos muy a raíz de haber transcurrido corremos el riesgo de que se nos desdibuje el panorama y se afecten las percepciones y, por ende, las opiniones. satanizar a Leonel Fernández a tan poco tiempo de haber salido del gobierno, es tan imprudente como endiosarlo más de la cuenta.



Nuestra propia historia nos alecciona respecto a este asunto. Balaguer resurgió victorioso ocho años después de su fatídico gobierno de los 12 años, y de haber sido sentenciado como “Cadáver Político” por un enjundioso y reconocido teórico (de izquierda en ese entonces). Pero tan recientemente como en este mismo 2012, Hipólito Mejía se repuso de haber salido con una muy maltrecha imagen pública de su llamado “desgobierno” 2004-2008, y luego de haber medido hasta menos de 10% de aprobación dentro de su partido, para casi volver a la presidencia en las últimas elecciones.



El sólo hecho de que Leonel Fernández haya alcanzado la Presidencia de la República en tres ocasiones a tan relativa corta edad, ya le merece todo mi respeto. Así que cuando escucho epítetos tan fuertes respecto de su persona, a todas luces poco reflexivos y llenos de pasiones para no decir otra cosa, tiendo a guardar silencio o intento algún llamado a la prudencia, si esos epítetos vienen de mentes con alguna rendija de razón aún abierta. 



No escondo mi admiración hacia Leonel Fernández. Las figuras ganadoras despiertan mi interés desde siempre. Aún Balaguer, a quien combatí y bajo cuyo gobierno casi me sumo a las cifras de asesinados políticos, me despertaba cierta fascinación como figura pública. No podía dejar de estudiar sus defectos, pero también sus virtudes y sus habilidades por más perversas que fueran. Si no conoces al enemigo como vas a combatirlo. Pero esa admiración hacia Leonel jamás me llevaría a un ensalzamiento lisonjero de su figura, ignorando sus errores políticos, lo cuales, para ser fiel a mi propia tesis, prefiero no analizar a tan poco tiempo de su salida del gobierno.



En este contexto, me dio mucha pena la acción llevada a cabo por el Dr. Guillermo Moreno y su Alianza País. Someter a Leonel Fernández por el Déficit Fiscal me luce un error mayúsculo, sobre todo viniendo de un jurista, que de inmediato habilita y despierta al León. Moreno debe saber que un Déficit no quiere decir fraude o robo, sobre todo cuando este país ha vivido de Déficit en Déficit, desde el Hoyo de Baninter. Esos 55,000 millones de pesos han pesado en las finanzas públicas desde entonces, provocando lo que en el pasado reciente se le llamó: Déficit Cuasi Fiscal. Sumemos a esto sólo tres componentes: Déficit Eléctrico acumulado que supera los 1000 millones de dólares, Déficit del Transporte expresado en forma de subsidios, ya al Metro, ya a los transportistas; y por supuesto, el oneroso pago de los intereses de la deuda externa que sumado a otros altos renglones de gastos causan un Déficit Mayúsculo y creciente.



No hay que ser muy enjundioso en materia económica para darnos cuenta de que hace rato venimos acumulando Déficit tras Déficit, agravado esto por el choque externo de la crisis mundial y la estructura de una administración pública cara en gastos de instituciones duplicadas, nóminas supernumerarias, sueldos, pensiones y jeepetas de lujo, viáticos y gastos de representación muy altos, etc. Pecado de todos los gobiernos. Pero a mi modo de ver, esto representa aún el renglón menor del Déficit, y probablemente el menos difícil de reducir si hay voluntad política.



Nada hace más grande a un político como el hecho de que sus adversarios no actúen con tanta o más inteligencia política que él. Viendo las protestas de la oposición y de los grupos populares se puede apreciar la fragmentación, la falta de precisión, la confusión entre demandas políticas irrealizables y demandas económicas imposibles por no estar suficientemente delimitadas, o acompañadas de reclamos ilógicos. No hay dudas de que nos falta mucha inteligencia política para encausar proyectos viables y alternativos. Aún el griterío supera a la voz de la razón y del pensamiento aguzado. Aún la protesta supera a la propuesta. Seguimos con el síndrome del del fast think (pensamiento rápido, repentista) que deviene en miopía política.



Si me permiten decirlo, creo que en esta coyuntura el mayor aporte de la oposición y del movimiento social debió ser identificar con eficacia y presionar por mejorar la calidad de gasto. Empujar para que se desarticulen todas estas instituciones y estructuras públicas duplicadas generadoras de gastos extras, presionar por el tema de los salarios, pensiones y vehículos de lujo, tomándole incluso la palabra al Presidente Danilo en este punto. Insistir en el desmonte de las nóminas supernumerarias y la eliminación de todas las distorsiones que generan excesos de gastos en la administración del Estado.



Sinceramente creo que el movimiento que busca enjuiciar al Presidente Fernández y algunos de sus funcionarios por el Déficit Fiscal no sólo es erróneo desde el punto de vista de la coyuntura, sino que mete una “cuña politi-cosa” que desvirtúa una muy buena oportunidad de articular un proyecto alternativo enfocado hacia el adecentamiento de la administración pública y la reducción de la corrupción vía la presión por el mejoramiento la calidad del gasto. Por cierto, el año próximo el Ministerio de Educación tendrá su 4% del PIB, eso será mucho dinero. Una buena vigilia por la calidad del gasto de este dinero es un buen comienzo. 
http://www.facebook.com/rafael.pineda.1291




INF. 07-10-2012


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Moderados, no dañar las buenas costumbres de las familias,pero con toda la libertad.