Por: Santos Salvador Cuevas-Desde el mismo momento nos llegó la noticia de que algo grande había ocurrido en el tramo carretero Azua-Tamayo, a seguidas informamos en una "mala noticia, nos informan que ha ocurrido un accidente en un vehiculo de Tamayo y se dice que hay muertos". Así lo hicimos por las redes sociales, más, conforme me llegaban los n...ombres de cada uno, minuto a minuto, que fuimos palpando los hechos desgarradores, pues jamás pudimos, por más que lo intentamos, dar un teclaso para informar del nefasto accidente. Las lagrimas y el dolor me obnubilaban la vista y se atragantaba en mí garganta un dolor que se fue alimentando conforme surgían los nombres y se escuchaban gritos cortantes en la noche de familiares y amigos de las victimas.
Lo primero que nos llegó fue "se mató Mingo Chocho el chofer, su mujer y la mamá de su mujer" quien es, por demás, la madrina de mi niña pequeña, eso nos estremeció e impactó vastante; luego escuché llorando como un niño a Rafael Cuevas, mi hermano, quien por el auricular del móvil me dice: "Se mató Nellys también, la de Altamira", sentí el contagio de aquél llanto y me senté sobre la cama a botar mis lagrimas ante los niños que preguntaban sin tregua qué cosa estaba pasando.
Nuevamente suena el móvil para decirme: "Se mató Wanda, la hermana de Salvador en Monserrate", sentí que mi corzón se partía en pedazos y no sé si pude reaccionar o hablar a quien me informaba del otro lado; dos minutos después sonó el móvil que ya no quería que suene más, y se me dice: "Se mató Paquito, dicen que Domingo el hermano de Germán, su mujer y su hijo"... Esto parecía la escena amarga y dantesca de una pelicula de terror, en donde te dicen que matan a los tuyos minuto a minuto y tu impotente en la distancia nada puede hacer.
Creo que son parte de los minutos más desgarradores que me ha tocado vivir en este mundo injusto, en donde un patanista indecente, cobarde e imprudente, día tras dia, semana tras semana, llena de dolor a una familia dominicana, sin que hasta la fecha ningún legislador se haya impactado de un caso lamentable de estos muchos, para legislar algo así como El Código del Patanista, en donde se establezcan velocidad y horarios para que estas fieras se transporten y se coman para ellos solos las carreteras del país, y se contemplen además castigos ejemplares.
Es vital que surja ya El Código del Patanista, que contemple por obligación cursos psicológicos sobre conducta, relaciones humanas y amor por la vida ajena, que se impartan por obligación periodicamente a cada chofer de patana. Esto no debe pasar inadvertido e indiferente. Es hora ya de que se le salga al frente a estas bestias infernales que nada le duele ni le importan las consecuencias que en las familias (como las de Tamayo y Vicente Noble hoy día) puedan generar.
Ya Tamayo ha sido impactado en su vida municipal por dos casos como éste, igual o muy parcido a éste, con similitudes en la distancia.
En 1972, un accidente automovilistico semejante a éste, pero en un carro, arrancó la vida a 3 tamayeros, entre los cuales destacamos el caso de doña Republica Hernández, quien era hermana del fenecido chofer Pascual Hernández, esposo de la profesora Yolanda Sánchez; murió también el señor Eugenito que era el chofer del único carro que entonces viajaba a la capital, quien era oriundo de Uvilla, papá de Carmen la hija de Miguelina, hija esta de Maria Caco, entre esos muertos se accidentaron tambien la señora Mireya Jimenez (Mireya Sisó) y la señora Francisca Reyes (doña Siquín) quien es la madre de ese artista y compositor de fama internacional conocido como Armando Olivero, a quien me honra tenerlo agregado en mi Facebook y, ademas, Siquín es hermana de Irene Reyes (Pimpina) En Paz Descanse, y de Dubín Reyes, cito el hecho (no sin pedir excusas a los familiares) sólo para establecer similitudes en la distancia histórica de ambos acontecimientos; fue un hecho también muy desgarrador, en una época en que Tamayo tenía unas caracteristicas más rural que urbana, a diferencia de hoy en que prevalece lo urbanistico, pero que en ningunos de los casos fue menor el dolor desgarrador, los gritos, llantos y lamentos de los moradores de este municipio en el sur del país. Nos cuentan que por error el cadaver de doña Republica Hernandez fue llevado a la casa donde residía doña Siquín, llenando de más pavor el ambiente tenso y triste ya existente.
Debo destacar dos hechos hijos de ambos sucesos, en el primer accidente en 1972, se dio el siguiente caso: en el carro venían 6 personas y el chofer, que andaba regando los pasajeros por los bateyes antes de llegar a Tamayo, fue a dejar uno, poco antes de que perdieran la vida sus acompañantes, ese tal vez fue de los que "se salvó a gatas", como dice la experiencia popular; en la actualidad sucedió algo similar, resulta que montada en el vehículo venía la señora Africa, oriunda del barrio Alto de las Flores en Tamayo, resulta que una de las chancletas o calzados se le rompió, y ella dijo: "No puedo llegar a Tamayo así, dejen que vaya a comprar unas chancletas", dejó sus bultos en la guagua y, como no llegaba, el chofer arrancó, provocando que Africa se monte en el vehiculo en turno, esta también "se salvó a gata", por la chancleta rota no se montó en el vehiculo accidentado.
Entre los muertos fueron identificados la pareja de esposo Domingo Gerardo Figueroa y María Encarnación, de 42 años, y Pascual Cuevas Gomera; estos del sector Altagracia. También figuran Wanda González, del distrito municipal de Monserrate y Miguelina de la Paz, de 46 años; de Altamira, en Tamayo.
Del municipio de Vicente Noble murieron María Beltré Santana, Ronni José de la Rosa, de 19 años, Patricia Pérez y otra persona que no fue posible conseguir sus datos.
Mientras que los heridos fueron identificados como María Luisa Santana, 19 años; y su niño de unos 4 años, oriundos de Vicente Noble. Mientras que Francisco Cordero Reyes (Omedi) de 40 años; cobrador del minibús, y Francisco Batista Núñez, (Mingo chocho) el chofer, están internos en diferentes hospitales.
Es de lugar establecer, que como consecuencia de este lamentable acontecimiento, las secuelas del mismo no se han hecho esperar, resulta y viene a ser que el señor Charlito Rodríguez, vecino de Domingo Geraldo, fue a verle al ataud en donde derramó lagrimas y se lamentó de su muerte, se fue a su casa tranquilo, tal vez tragando en seco el dolor provocado, pero a pocos minutos de llegar a su casa cundió la notica fatal de que al señor Charlito Rodríguez un infarto fulminante le arrancó la vida.
Anoche me tocó ir a detenerme frente al ataud de alguien que siempre me profesó amistad sincera, En Paz Descanse Charlito.
Creo que este dolor que calcina a nuestra gente amerita de un tratamiento persuasivo por los medios masivos de comunicación, haciendo entender que la vida es transitoria y de que en cualquier lugar, de manera inevitable nos habrá de sorprender la muerte.
Esta tarde Tamayo y Vicente Noble, envueltos en tempestad de llanto y dolor enterraron a sus muertos.
Espeamos que haya justicia con la bestia que manejaba la patana y que por fin se entienda que debe surgir ya El Código del Patanista !
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Moderados, no dañar las buenas costumbres de las familias,pero con toda la libertad.