20 oct 2012

La risa y la broma sana van de la mano. Ríe, hace bien

Por Esteban Marrero. Estoy seguro que mi salud no anda bien, visito muy poco los hospitales a pesar que tengo un problema en mi oído derecho, y dicen los entendidos en la materia, mis vecinos y familiares, que mis crisis estomacales son a causa de  una gastritis casi crónica.

Consciente de todo eso yo estoy seguro que lo que me mantiene en pies es la risa, pues  soy así de natural,  aunque a veces la ayudo con algunas bromistas a los que considero mis mejores amigos. Les cuento que un 15 de mayo de 1990 ¡ah! ya me sacaron la cuenta, bueno, me dirigía a Vicente Noble mi pueblo natal  para el día siguiente votar por Juan Bosch, me acompañaba mi primo hermano Miguel, un gigante nacido en unos de esos pueblos de guardia, a quien todo el mundo conocía por aquí; pero que nunca tenia un centavo por que se lo chupaba todo; al abordar un autobús en el 12 de Haina me bolsilló un tipo que no se de donde salió, sacándome $160.00 del derecho y $14 del izquierdo, como resultado de un menudo de un pica pollo que había comprado y que apenas empezaba a disfrutar, fue cruel el ladrón pues considero que debió dejarme el bolsillo izquierdo tranquilo para que regresáramos a Pedro Brand. Al enterarme que el ladrón no me dejó dinero ni para regresar,  perdí el apetito y lancé el sabroso pica pollo. Aunque de bola regresamos sanos y salvos a Pedro Brand y a pesar del dolor de no poder votar por don Juan Bosch, la risa no se hizo esperar y solo la interrumpí cuando en esas mismas elecciones le hicieron trampa a la voluntad popular.

Otro día 1994 retiré en el hoy ministerio de salud donde laboraba, un cheque fruto de mi salario, abajo había un hombre que acostumbraba a cambiar cheques a los empleados, yo lo aborde y me cambió el mio, en eso se me acerca una fuerte mujer con un niño en sus poderosos brazos, me dice-señor, regaleme 5 pesos para el pasaje, sin titubear me metí la mano en el bolsillo y se lo di, la malvada me pagó no se con cual oración  con sacarme todo el dinero, ya ustedes se tienen que imaginar la cuerda y la impotencia mía; pero la cuerda mas grande fue cuando le hice el cuento a mi padre, cuya aseveración fue ¡e que utede no saben anda en la capital, me dije por dentro, yo lo agarro tarde o temprano, pues así fue, un día le sacaron el dinero de un pantalón cuyo bolsillo le llegaba casi a la rodilla, mi padre sabiendo que yo me río hasta de mis fracasos  y sabiendo que me la debía, se  escondió por varios días pero al final no tuvo otro remedio que aguantar mis burlas cargadas de fuertes risas.

Otro día me encontré con una señora y le di una bola, la consideré mi colega, esta venia caminando con casi un ataque de risa, porque su compañera tuvo estrepitosa caída;  se le salieron las orinas de tanto reír,   tenia todo el vestido empapado, así mismo me mojó  el asiento del carro; pero poco me importo. Hay que reír hasta mas no poder. Si te cae y no te golpeas todos ríen, no te  ofenda, ríe igual.


1 comentario:

Moderados, no dañar las buenas costumbres de las familias,pero con toda la libertad.